Literatura y filosofía

CÓMO SER ORADOR (2/4)

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4 LO QUE PROPORCIONA EL ÉXITO

Hay que entrenar la voz, no usar extremos altos ni bajos, sino intermedios para poder modular. De preferencia grabarnos para escucharnos y sobre la marcha corregir. Cuidar la respiración

Otro comercial del autor: Ir a clases de dicción

Me llama la atención de que el autor habla de tonos de voz como tenor, bajo, etc.; pero no dice que se use el diafragma para sacar la voz. En cambio sí censura el uso de la garganta para sacar la voz

Aconseja cambiar el timbre de voz durante el discurso si es que éste es desagradable. Un ejemplo de nuestros tiempos es Shakira, quien al hablar y al cantar tiene voces distintas

“(...) no debe descuidar lo siguiente:
• Imponga su voz. Es decir, sépala mantener durante todo el discurso, dándola la amplitud e intensidad necesaria
• Procure regular sus momentos de descanso. Descanse la voz, a fin de evitarle el agotamiento. Y hágalo de tal forma que no se resienta de la fatiga, si el discurso se prolonga
• (…) No abuse del tabaco”
(Yo digo, ni siquiera se te ocurra fumar, seas o no orador)

• (…) Desconfíe de la intemperie”
(Y cuéntaselo a quien más confianza le tengas) “El polvo y la humedad son perjudiciales para la voz, ya que se enquistan en las mucosas de la faringe y de la laringe. El frío también ejerce influencia sobre el tono de la voz”
Ayuda mucho a respirar bien saber leer esas cagaditas de mosca que están entre las letras y que según esto son signos de puntuación. El punto es para llenar los pulmones; punto y coma, así como dos puntos y puntos suspensivos son para llenar la mitad de los pulmones; la coma sirve para una inspiración rápida. Entre más se practique esto, se ejercite uno y se mantenga sano, la capacidad pulmonar aumentará. Además de que al escribir redactaremos mejor al entender las pausas necesarias

“Si comprende que le falla el aliento, siga estos consejos:
• Aprenda a respirar convenientemente
• Haga ejercicios gimnásticos; inspiración lenta por la nariz, retención del aliento, espiración también lenta por la boca
• Cuando hable marque las pausas. No es posible hablar sin hacer paradas. Y no tema a los silencios. Tema más a la recitación no interrumpida, porque no hay nada más monótono para aquellas personas que le escuchan
• Su espíritu, tanto como sus pulmones, necesitan estas interrupciones. ¿Que cuánto tiempo ha de permanecer callado? El mínimo, una inspiración y una espiración. El máximo, el tiempo necesario para desplazar la mirada por el auditorio en movimiento lento y circular”

“Nada es más cansado que soportar a un orador que se come las palabras y pronuncia mal. (…) una perfecta articulación proporciona el éxito infalible”
Defectos de pronunciación: El tartamudeo: “consiste en la dificultad de pronunciar un gran número de sílabas”; el balbuceo: “consiste en la duda ante la elección de las palabras, interrumpiendo el hilo del discurso”; y el farfulleo: “lo experimentan los oradores nerviosos”

Ante lo anterior aconseja:
“a) Moderar el ritmo de la voz
b) Pronunciar clara y distintamente y moderar la frase
c) Es muy eficaz la lectura en voz alta de textos escogidos
d) Da excelentes resultados, como ya dijimos, el aprendizaje de una respiración correcta”

Sobre los vicios de pronunciación propios de cada región, aconseja:

• Que registre su voz y la escuche atentamente
• Que haga un esfuerzo para hablar lentamente y apoyando las vocales
• Que vea a un profesor, tal vez a un médico o a un sicólogo, cuando el defecto sea el tartamudeo
• Para sus prácticas haga una selección de textos y lea cada día un trozo completo
• Lea el texto delante de un espejo, de pie, observando sus gestos, vigilando su expresión y el timbre de su voz
• Acomode el ritmo de sus palabras, con el contenido del texto”

“Tanto la lentitud como el exceso de velocidad deben desecharse en la oratoria”
“Para quien escucha, nada es más insoportable ni más fatigoso que sufrir a un orador que se expresa con un tono monótono”
Para contrarrestar lo anterior sugiere que se prosiga así:

• Haciendo pausas en los lugares adecuados
• Variando la velocidad con la cual se pronuncian las palabras
• Hablando unas veces en voz alta y otras en voz baja”

 
5 ANTE EL AUDITORIO

La voz adquiere más fuerza de expresión cuando la acompañan las comunicaciones no verbales: La expresión de la mirada, la expresión del rostro, el movimiento de los brazos y las manos, el movimiento del cuerpo. Claro, sin caer en la exageración, todo debe fluir naturalmente

“La figura juega también un importante papel en la oratoria. Un orador alto, bien plantado, tiene ya de antemano muchos tantos a su favor para captar el auditorio”
Mientras se habla se recomienda: Evitar permanecer inmóvil, desplazar un objeto, hacer algunos gestos para subrayar el texto

“El juntar las manos detrás de la espalda, el cruzar los brazos o el poner las manos en los bolsillos, son actitudes correctas, que pierden parte de su corrección si se abusa de ellas”
“Regla general: O bien las manos hacen gestos que estén destinados a ser vistos o deben permanecer completamente inmóviles”
Una vez más la recomendación de dominar el idioma

“El nerviosismo es el peor enemigo de la memoria”
Evitar vicios de dicción, extranjerismos, barbarismos, etc.

Todos los oradores, incluso los más experimentados, sienten nervios justo antes de subir al escenario

“Nadie debe hablar a su auditorio de un tema que no conozca mejor que sus oyentes, o por lo menos tan bien como el mejor de ellos”
Hay un tipo de orador corriente, y es audaz y atrevido, aquel que habla sin saber del tema y que sólo quiere la atención a toda costa. Sirven sólo cuando lo importante es la forma y no el contenido. Respecto a ellos, el autor dice: “Lo lamentable y curioso a la vez es que el aplomo que la vanidad da a estos sujetos es causa de que la forma de su discurso sea a veces sumamente brillante, aun cuando carezca por completo de contenido, o si lo tiene, sea enteramente erróneo”

6 IMPORTA ATRAER EL INTERÉS

Saber hablar significa tener algo que decir y decirlo en el momento oportuno

Hay que evitar:

• Evitar monologar sin cesar
• Hablar únicamente de aquello que le interesa a usted
• Olvidar aquello que verdaderamente interesa a los demás
• Hablar durante demasiado tiempo del mismo tema
• Dejarse llevar por la facilidad de palabra, hablando de no importa qué, por el mero placer de hablar
• Dar excesivos detalles, la mayor parte de las veces inútiles (…)
• Repetir varias veces las mismas historias o anécdotas a la misma persona
• Reír sus propias gracias”

“Una excesiva conversación es con frecuencia debida a nerviosismo o a sensación de inseguridad”
“(...) cuanto más habla sin cuidado una persona, tantos más errores de juicio y opinión va a cometer”
Recomendaciones:

• Comience una conversación sobre un tema que también conozcan los demás concurrentes
• Los temas naturales provocan fácilmente el diálogo y se apoyan siempre sobre hechos conocidos
• Excluya las palabras vanas y hable de hechos reales”

Evitar:

• Los temas que reclaman largos monólogos y que obliguen a hablar a un auditorio atento y silencioso (…)
• Las historias y anécdotas complicadas (…)
• Hablar de temas (…) si no está plenamente seguro de que domina la materia”

Una historia rápida y aparentemente sin gracia puede hacerse interesante y entretenida guardando en suspenso su resolución para dar detalles del nudo de la historia. El comediante suele contar chistes rápidos; pero alarga el nudo de éstos y acaba arrancando más carcajadas en el proceso que al cierre de su chiste. Su misión fue cumplida exitosamente. Este es un ejemplo de un buen oradores

Cuando una situación circunstancial nos altera inesperadamente, es preciso hacerle frente y no permitir que crezca el trastorno hasta bloquearnos. Debemos conocer qué actitud adoptar ante esa situación

“(...) deje usted que sea el otro quien no sepa dominarse. Sepa permanecer imperturbable”
La verdadera convicción basa su fuerza en el correcto razonamiento. Hay muchas personas que toman por verdad algo que no lo es, sólo por su emoción. Otras, porque les repiten tanto la mentira que se la creen. No debemos permitir que la repetición ni la emoción nos eviten aceptar o sostener una verdad si ésta se encuentra bien fundamentada en la razón
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