Literatura y filosofía

El cuento del candelabro

A partir de esta semana pondré los cuentos con los que colaboré en la página http://guadalajaraguadalajara.com 

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Este cuento es original mío. Su nombre real no es ese, sino


DESCRIPCIÓN DETALLADA Y A VECES HASTA INÚTIL DE ALGO QUE NI AL CASO CON LO IMPORTANTE DE LA HISTORIA, O MEJOR DICHO, FALSO BARROCO QUE HACE GRANDE A UN MEDIOCRE ESCRITOR


"Abrió la puerta de la habitación y lo vio detenidamente... el candelabro, maravilloso, costaba cerca de 250 francos, del techo, justo al centro de la recámara, yacía colgante. Estaba pegado por una circunferencia como base, al techo del lugar ya citado, 25 centímetros de diámetro de largo por otros tantos iguales de alto. Esa base se elevaba 1.3 centímetros para luego irse encogiendo, haciéndose cada vez más menudo y terminar en una cadena. Como la mujer, cuyas caderas son anchas y luego se van encogiendo en un hermoso talle que termina encadenándonos en el matrimonio, así era la base del candelabro. El brillo de esa base era como un brillo de diamante, que es golpeado por la luz del sol a mediodía, resplandeciente como luciérnaga y hermoso como oro. Se podía ver uno reflejado en él, gracias a lo bien pulido que estaba, como tienda de supermercado que para que no veas los descuentos, el piso es encerado en demasía para que te resbales y no alcances a leer, así de lustrada estaba la base. Una mirada de cerca y servía como espejo, cual espejo que le vendieron los españoles a los indios americanos; pero que en realidad, eso es un mito, ya que en sus tradiciones ellos cuentan cómo usaban la obsidiana como espejo. Obsidiana, piedra negra y brillosa, negra como el alma de hijo de su chingada madre y brillosa como alma de un hijo de su no chingada madre. Hermoso contraste para aquellos que leen entre líneas este escrito llamado vida. Negro, obscuridad, brillo, luz, ying-yang, amor-odio, dualidad eterna manifestada en piedra realmente hermosa y peligrosa. Otra dualidad que también se encuentra en los hijos. Cuando uno ve a los hijos, se ve a uno mismo, como en la base del candelabro... ¡Ah!, sí, estaba describiendo la habitación. El reflejo del candelabro es siempre fiel a la física, a su rama de la óptica, uno se ve un poco deforme ¿O nos mostrará la realidad de quienes somos? La base del candelabro pesaba 9 gramos, pero era fuerte y capaz de sostener el resto de la estructura. Es muy hermoso el reflejo de la base del candelabro cuando está colgado, ya que desde cualquier ángulo se puede ver la misma distancia de la habitación, ya que está centrado, dando una ilusión de que la habitación es simétrica. La base del candelabro fue puesta con mucho cuidado, primero fue medido y luego, una vez puesto, fue vuelto a medir para asegurarse que estuviera exactamente a la mitad. Fue unido al techo mediante unos clavos que cuidadosamente fueron puestos en los ángulos 90, 180, 270 y 360. Para hacer eso fue necesario hacer mediciones y luego volver a medir una vez puestos los clavos; pero no sólo del ángulo de la base, también del tamaño de los clavos para asegurarse que fuera exactamente igual desde cualquier punto, la distancia entre uno y otro. Los clavos de la base del candelabro, cuales clavos de crucifijo, siempre fijos, cuidando su trabajo de permanecer firmes ante toda adversidad, algo así como cobrador de impuestos; pero en buen plan, obviamente. Los clavos de la base del candelabro miden 10 centímetros de largo por 3 de ancho. Tenían que ser grandes para soportar por siempre tan hermoso candelabro, cuya base, cuyos clavos, están hechos del mismo material. La base del candelabro fue perforada con mucho cuidado para evitar que sufriera daños. Se hizo con un taladro especial, que se mandó hacer únicamente para esa labor. Una vez hechos los agujeros, fue mandada a retocar con el que hizo el candelabro para que no quedaran protuberancias que hagan feo tan bello espectáculo. Una vez puestos los clavos, se mandó traer al que hizo al candelabro para que desde una escalera lo retocara y quedara tan bello como lo era antes de la modificación. La base del candelabro... suficiente, lector, en pocas palabras, el personaje se fue a dormir. Espero que si te gusta leer libros de muchas páginas, encuentres uno que tenga algo qué decir, ya que como ves, es muy fácil llenar hojas de pura estupidez que no tiene sentido y que no aporta nada a la mente hambrienta de sabiduría"

Este cuento buscaba yo varias cosas: Un estilo barroco, en donde los adornos eran excesivos y hasta llegan a ser cansados. Un mensaje rápido al final para que sepamos elegir bien qué leer. Una burla a escritores que sólo llenan páginas y páginas y nada de tema, nada de propuesta. Recordar aquellos títulos kilométricos de las obras antiguas. Además también de que me gustan los candelabros


Sin quererlo se ha convertido en uno de mis mejores cuentos, hay quienes lo odian, hay quienes lo aman; pero eso sí, nadie queda a salvo de que le mueva un sentimiento, ya sea de frustración por leer tanto para nada, ya sea de reflexión, ya sea de quererme ahorcar, etc.

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